La educación financiera es una necesidad para los niños que no suele estar suficientemente bien cubierta. En este sentido, la plataforma Educación Financiera Básica tiene como fin paliar este inconveniente.
A continuación, te contamos cómo puedes hacerlo mediante recursos y actividades. Presta atención.
Las carencias en la educación financiera de los niños
El sistema educativo de nuestro país no incluye la formación en finanzas hasta edades bien avanzadas. En algunos casos, los chavales no se encuentran con asignaturas económicas o financieras hasta que llegan prácticamente a la universidad.
Esta mala planificación tiene consecuencias, como los malos resultados que, por sistema, se van dando en el Informe Pisa, unos resultados por debajo de la media europea.
Asimismo, la educación sobre estas cuestiones que los chicos reciben en casa también podemos considerarla como francamente mejorable.
En resumidas cuentas, los niños llegan a adolescentes con unos conocimientos acerca de las finanzas que puedes definir como deficientes.
Pero ten claro que hay posibilidades de mejora que puedes ir introduciendo. Toma nota.
Los conceptos claros desde la niñez
La primera conclusión que puedes extraer es que conviene que la educación en el colegio y en casa se combinen de una manera virtuosa. Ninguna puede dejarlo todo en manos de la otra, puesto que el plan se quedaría cojo.
En segundo lugar, es importante comenzar cuanto antes (a los tres años), sin demorar los primeros aprendizajes básicos. En este sentido, se trata de que las finanzas sirvan para complementar unos primeros conocimientos matemáticos muy orientados a la práctica.
Y es entonces cuando vale la pena empezar a tratar con el máximo rigor los principales conceptos claves. Nos referimos a conceptos como el ahorro, la inversión, los beneficios y los gastos.
Una metodología adaptada al perfil
No basta recurrir a los manuales para garantizar la enseñanza de estas premisas financieras. Los libros son relevantes y en la plataforma son valorados en su justa medida.
Pero, sin duda, tienen que ajustarse a las condiciones y los intereses de los chavales. Han de estar orientados siempre a los ejemplos y las situaciones comprensibles para ellos, como las relacionadas con el dinero que tienen que ir viendo en sus casas.
Y, además de los libros, hoy en día disponemos de materiales audiovisuales digitales como la plataforma interactiva Educación Financiera Básica que pueden facilitar estos aprendizajes. Aparte, proponemos juegos y recursos adaptados a los nuevos tiempos, como las huchas transparentes.
La clave es que se entiendan las finanzas infantiles en un sentido dinámico y aplicable.
Un salto de calidad en esta enseñanza
Por último, pensamos que es interesante no esperar tanto tiempo para familiarizarse con algunas nociones más avanzadas del mundo financiero.
Los niños llegan a la adolescencia sin tener claro qué son las acciones, la inflación, los tipos de interés o los préstamos. Estas carencias juegan en contra de su competitividad a medio plazo.
Por consiguiente, una parte de los materiales formativos tiene que ir destinada a fomentar actitudes de consumo responsable y visión crítica frente a fenómenos como la publicidad.
En definitiva, la educación financiera de los niños se vuelve más sencilla con estrategias y contenidos adecuados.